La localidad de Fermoselle se encuentra situada en el suroeste zamorano, en la comarca de Sayago dentro del Parque Natural Arribes del Duero, espacio natural de gran atractivo turístico por su belleza paisajística y las distintas posibilidades de ocio que ofrece.
Esta preciosa y pintoresca villa ha sido milagrosamente preservada a través de las épocas, motivo por el que hoy día esta denominada por la Comisión de Patrimonio como Conjunto Artístico, Histórico, Cultural y Arquitectónico.
Hay diversos datos, muy antiguos, que se conocen sobre la población de la villa de Fermoselle. Entre las huellas históricas que marcan el largo pasar del tiempo encontramos las fuentes romanas, así como vestigios romanos hallados en ermitas.
Fermoselle es considerado como un verdadero paraíso del Duero, su capital natural y uno de los lugares preferidos por Miguel de Unamuno para el esparcimiento.
Además del encanto de la propia villa, el término municipal tiene parajes realmente espectaculares, debido a su situación en plenos Arribes del Duero y Tormes. En su término desemboca el Río Tormes en el Río Duero, en la zona conocida como Ambasaguas, siendo la otra orilla salmantina, la de Villarino.
También encontramos el Puente de la Cicutina en el Tormes, lugar en el que se han habilitado zonas de baño. En el Pago de Cordero se encuentra la legendaria Cueva del Buraco del Diablo, alcanzando en algunas zonas los 14 metros de altura.
El interior de la villa destaca por sus quebradas, estrechas y empinadas sendas. Las calles se deslizan tortuosas entre edificaciones que han mantenido el sabor popular, y se han levantado en armonía con su paisaje sobre la roca granítica, que como es casi imposible de horadar, se incorpora a las construcciones.